lunes

Schwarzdame

Vuelvo con las pilas, no sé si cargadas o descargadas, pero bueno, todo está por venir. Exámenes , trabajo, pintura, ceremonias, Iä Ryleh, etc; muchas cosas , más mierdas y aún así sigo cuerdo.  Aunque la teoría Frahma sobre el algoritmo de actuación Linkillo el problema no es que me mantenga el filo de la navaja, sino que he evolucionado mi locura hasta poder estabilizarla.
Eso explicaría muchas cosas; sino todas.


Cuéntame, alma perdida, 
cuánto vale tu amargura.
Prometo hallar, vida mía,
salvación a tu locura...
*  *  *
Cuánto cuesta ese suspiro,
sensual y ecléctico, tuyo,
por el que yo siempre miro;
eterno y gélido. Sí, tuyo.
*  *  *
Respondió a mis cuitas
caronte para acallar,
así, todas mis rúbricas.
*  *  *
Una vida que ligar
a la madeja de las furias,
para, algún día expirar...


miércoles

Legado de los cielos (II)

Continúo esta historia con una parte ya algo más esclarecedora, que hará vislumbrar tópicos típicos a aquellos más avezados (risas varias). Espero os guste.
Linkillo, tan cabrito como siempre... 

          «Pero no puedes culparlo por ser un ignorante» dijo Ashriel, «ellos no pueden saber qué es verdad y qué no.»

     «Siempre se ha dicho La Verdad, desde el principio de los tiempos. Siempre se ha loado Su gloria. Siempre ha habido un único hacedor.»
   
     «Él vio El Cubo. Menoth vio el fruto de la vida, y vio quién se sentaba en el trono, allá en el cielo»


     «¿Por qué tienen que ser tan cortos de miras? ¿Acaso no entiende que nos lo está complicando todo? Además, se permite ser un cínico; se ríe de cosas que ni siquiera comprende.»


     «Menoth es sólo un profeta, sólo cuenta lo que ve. Lo único, que no es demasiado inteligente. Pero algún día verá la luz. Hasta él mismo lo sabe.» Ashriel tensó su arco. Una única saeta voló hacia la tierra.


     «Pero, ¿por qué tendríamos que proteger también a su esposa? Cada vez entiendo menos las órdenes»


     «Él la ama; es su esposa»


     «¿Es que no has aprendido nada? Eso no es significativo mas que
en contadas ocasiones»


     «Bueno... ella es más sensata, le aleja de la pretensión y de la
soberbia. Ella es importante.»


     «Pero el profeta es él, no ella.»


     «¡Él la ama!, ella es lo más importante para él, y él sabe que ella
no cree en lo que afirma. Ella cree en un único Creador.»


     «Ni su amada lo cree cuerdo...»


     «Y aún así permanece junto a su amado». Ashriel quiso por un
momento golpear a Mebahel. «Tú no dejarías que un hermano
cayera»


     «Pero sí le haría ver cuán craso es su error, sin duda alguna.»


     «¡Ella no quiere hacerle daño!, no quiere decirle cuán equivocado está, pero permanece a su lado para cuando abra los ojos.»


     «¿Por qué insistes tanto en esto? Sabes tan bien como yo que no
tiene ningún sentido.»

     «Porque es amor, Amor Verdadero y puro.»


     «Nosotros sabemos qué es el amor; amo a pade, y también os
amo...»


     «No es esa manera de amar.»


     «El de padre no tiene mesura.»


     «El hombre nunca amará como Él. El hombre ama con la mente y el cuerpo, no sólo con el espíritu. El hombre es capaz de amar con cada parte de su ser, de un modo que nadie comprende; y sólo puede amar así a una persona en toda su efímera existencia.»


     «Eso no puede significar nada bueno», pensó Mebahel con extrañeza. «Eso sólo puede ser una locura malsana; de todas formas, nunca podremos sino especular, ¿no?»


     Ashriel suspiró, intentando ocultar la desesperación que sintió en ese momento. «Supongo, hermano.»


     «¿Qué es eso?» dijo Mebahel alarmado.


     «¿El qué?» preguntó Ashriel.


     «¿Acabas de derramar una lágrima?» inquirió.


     «¿Cómo...?» por un instante, el miedo tocó a Ashriel.


     «¡Oh!, sólo me debió de parecer, pues. No te preocupes. Será por esta conversación. No discutamos más.»


     «De acuerdo», disimuló Ashriel.


     «Sabes que te amo», bromeó Mebahel.


     Ashriel le acarició el brazo, y dijo: «y yo». Por un momento se lamentó de haberlo hecho. Intentó que su hermano no viera cómo más lágrimas manaban de su ser. El dolor que acababa de conocer le hizo pensar que aquello que sentía no podía, de ningún modo, estar bien.

sábado

Legado de los cielos (I)

Aquí vuelvo a la carga, con otra historia, por terrible que parezca. También hace algún tiempo de esta. Creo que la comencé en enero. Le puse mucho cariño, así que espero, os guste
Linkillo, tan cabrito como siempre...


               «Esto no podría quedar así». Pensó con toda su alma, mientras bajaba la vista...

          «Él tiene que saberlo ya. Él lo sabe.» Recapituló sobre todo lo que conocía hasta ese momento. Alzó un dedo, un suspiro se apagó. «¿Acaso no soy yo también Su hijo? ¿parte de sus bienamados? ¿No actúo en su nombre, como todos? Todos hicimos lo que se nos ordenó, ¿por qué tenía que tenía que ser Yo?». Cogió ese resto de lo que fue el suspiro; lo olió. «Miedo» pensó; hizo una mueca ante lo que se estaba demostrando. «Miedo, sólo miedo». Esta revelación hizo que algo desconocido ardiera en su interior.

          «No podría entender todo esto.» Lo que sí comprendió era que eso llamado amargura le atenazaba el espíritu. «Todo por Su gracia, ¿y no comprenden que todo es debido a ellos?» Ajeno a la naturaleza de sus emociones, y de los sentimientos en general, se lamentó en el silencio más indescriptible que un universo vacío pudiera siquiera imitar.

          «¿No tengo sólo mi cometido? No me mezclo con ellos, sólo sigo Su obra, me encargo de lo más importante, de lo más doloroso... ¿Acaso no pueden comprenderlo? Esto no está bien. Esto no puede ser Su voluntad. Él no lo consentiría»

          Abrió sus alas con desidia. «No, la eternidad no está hecha para nosotros. Él no lo permitiría. ¿No soy, pues, más grande que La Creación? ¿No es cierto, que no hay lugar de Su reino ajeno a mí? Es cierto.» Aulló con una falta universal de furia; estaba descubriendo lo que era el dolor. Los pensamientos se sucedían a sí mismos, y cada nueva piedra arrojada descubría el atisbo de un nuevo sentimiento.

          «Es cierto. Él no lo consentiría... y Yo tampoco.»

          Su alma cambió un instante de postura: «Entonces, ¿qué está pasando?» Alzó los ojos nuevamente, apartándolos de la bóveda que se sostenía ante sí. Sonrió al descubrir algo que le hubiera aterrorizado de haber conocido el miedo. «Sigue sentado, jugando con tu cubo, hermano; esa no puede ser Su voz» Volvió a bajar la vista. Pensó en todo lo que había supuesto, y creyó comprender por qué él era odiado. Una música en su alma le hizo entender que estaba en lo cierto...

Concepts (I)

Sí, a veces también dibujo, aunque no lo parezca... Que Frahma me perdone, pero tuve que postponer por mucho las tiras, tanto que tengo tres encima de la mesa ahora mismo, completamente
entintadas... Si esque... Maldita realidad que nos roba el tiempo...
Linkillo, tan cabrito como siempre...
Bocetos de la tira:
Concepto Watcher:
El Vigilante:

Una de las viñetas del comic que mandé al concurso de El Vosque:
PD: ¿Cuánto tiempo, no? xD

martes

Rosa Candidor

Toda historia tiene un final, las mías se retrasan, pero no pueden ser menos...
Linkillo, tan cabrito como siempre...

     Se despierta. Y él no estaba... Llora. Sabía que lo había perdido... Aquel sueño parecía tan real, eran felices; reían tranquilos. Ella, preciosa, luciendo una sonrisa que se le hacía extraña; él se le antojaba algo envejecido, debido a las marcas de expresión; también parecía más delgado, como si hubiera trabajado mucho y dormido poco; pero, pese a todo, parecía satisfecho, levantándose antes del alba. Hacía algo que el destino le había impuesto: aliviaba sufrimientos o sufría en el intento. Cuando volvía a casa parecía abatido, pero sonreía en cuanto la veía, sentada, esperándole para comer. Se acercaba a ella, le acariciaba una mejilla y la besaba con más ternura de la que un infante hubiera sido capaz. Lo había perdido.
     No reconocía el por qué, pero se sintió desolada y, por un momento, deseó poder haberle correspondido. No era su culpa, supo, nunca lo había sido.
     Se levanta de la cama entre la oscuridad, se acerca a la ventana, para abrirla. No le gusta la oscuridad, prefiere que la luz bañe su cuerpo. Desnuda, comienza a vestirse con la ropa que dejó la noche anterior ordenadamente en la silla de su habitación. Un ronquido le sobresalta: aún seguía allí. No le despierta, en vez de eso, escribe un mensaje de texto para enviárselo más tarde. Siente muchas ganas de llorar, no sábe qué creer. Quiere hablar con él, pero teme engañarse a sí misma, engañarlo. Han pasado por mucho, pero nada ya tiene sentido; dejó de tenerlo como la farsa que fue. En silencio, hace acopio de fuerza de voluntad, comienza a andar y se marcha a clase. Por un instante se siente sucia, indigna; pensó que no era su culpa. Que nunca lo había sido.
     Para cuando volvió, se encontraba más animada. Al llegar a su habitación no vio ni rastro de su nocturno acompañante. Sonriente, se sentó en la cama. El sueño había sido tan real aquella vez, que le afectó de sobremanera. No sabía el por qué. Era absurdo, despúes de tanto tiempo; no tenía ningún sentido. Pero esa vez no iba a dejarlo pasar. No podía. No era mala persona, ni tampoco un monstruo. Sólamente fueron las circunstancias y lo complicado de la situación. Tras convencerse a sí misma, decidió llamarle.
-Hola, ¿cómo estás?
     Llora. Lo había perdido, y sabía que era culpa suya.

lunes

Weisedame

Siempre hay tiempo para llorar,
es lo que siempre he pensado,
aunque nunca es tarde para reir...
Para algo es gratis, ¿no? quiero decir...
por ese precio pues me río dos veces,
que me va a costar igual.
Tanto da al final de todo, reir que llorar;
vivir que amar;
dime, dama blanca, si no puedes amar,
por lo menos déjate vivir.
Tu as la vie, non l'amour... 
Linkillo, tan cabrito como siempre...



                           Te recuerdo...

                    Escucha en la noche:
                    un susurro...
                    una sombra...
                    furtiva, taimada. Expectante.
                    Ávida de sentimientos, hambrienta,
                    ansiando tal derroche.
                         *     *     *
                    La miras a los ojos y piensas:
                    estoy sola...
                    sueño oscuro...
                    sórdido, atávico... Perenne.
                    Devorando mis lamentos, siempre presta,
                    sólo dime a qué esperas...
                         *     *     *
                    Desde tu alma lo prevés:
                    arrogante...
                    perecedero...
                    Es un fin, no hay camino.
                    se terminó aquel sendero...
                    "Yo sé que perezco, ¿vos qué hareis?"
                         *     *     *
                    Sólo un momento,
                    te tengo...
                    te veo,
                    te anhelo y te deseo. Yo muero.
                    Mas sola no estoy por más tiempo,
                    y sólo sé que te recuerdo...




PD: Adieu...

domingo

La Familia

"Te haremos una pizza que no podrás rechazar" 

Ésta es la carta de una pizzeria de mi pueblo, de las mejores que he probado, la verdad xDD  
Linkillo, tan cabrito como siempre...


New Edit: Encontradas más referencias para con "la camorra":